El sábado 6 de abril la bodega de Antoñita, que a tantos jóvenes ha acogido en los Campos de trabajo organizados por la Congregación, se convertía de nuevo en hogar, refugio y hoguera para el Encuentro entre la Comisión DEIC y la Comunidad de Tomelloso. Un Encuentro que deseaba ser iluminador, curativo, sabroso, positivo, alegre, esperanzador y fraterno, como resultó ser.
Tras los primeros abrazos y el café de bienvenida todos los presentes dispusieron el corazón y todo su ser a la oración, la escucha, el discernimiento… para celebrar +Vida cada día.
Desde una memoria agradecida contemplaron el camino recorrido, reflexionaron el momento presente y proyectaron nuevos desafíos.
Subrayan el cariño, la cercanía y empatía de la Comisión en el cuidado de la Comunidad que debe seguir fortaleciendo sus lazos y creciendo en fraternidad mientras saborean este momento privilegiado lleno de ilusión y vida.
El tercer tiempo fue para descorchar las risas, compartir la mesa y brindar por todo lo bueno que les está aún por llegar.
Gratitud, Esperanza, Fraternidad, Compromiso, Misión, Comunidad, Pasión, Proceso, Cambio, Predicación, Bendición, Familia, Apertura a la Sorpresa de Dios… fueron algunas palabras que resonaron con fuerza y dibujaron este encuentro tan especial con la Comisión DEIC.
Gracias, Javier, Luchi, Carmen y Marcel, por acortar distancias, acompañarnos siempre y dejarnos ser «Posada» de Amor y Fraternidad para vosotros.
El Resucitado nos espera en la Galilea de nuestra vida bregando en lo cotidiano, en el afán de cada día, que no siempre es tan bonito como nos gustaría. Dejémoslo vivir en medio de nosotros, explicarnos las Escrituras y partir para nosotros el pan para que alimentados de Su Palabra y de Su Ser salgamos a Su encuentro reconociéndole en cada persona.
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